En todo Estados Unidos, la raza de la persona es el factor de predicción más significativo de vivir cerca de aire, agua o suelos contaminados. Por este motivo, en 2017 se creó el Fondo para la Justicia Ambiental de Seattle, con el fin de apoyar iniciativas que beneficien y estén lideradas por, o en colaboración con, las personas más afectadas por las desigualdades ambientales y climáticas: comunidades negras e indígenas, personas de color, inmigrantes, refugiados, personas de bajos ingresos, jóvenes y ancianos. El Fondo para la Justicia Ambiental apoya una amplia variedad de proyectos comunitarios que promueven la justicia ambiental y responden a los efectos del cambio climático. Este perfil destacado forma parte de una serie de piezas en los que se destaca el increíble trabajo realizado por grupos y organizaciones de la comunidad que cuentan con el apoyo del Fondo para la Justicia Ambiental.
La Coalición de Trabajadores de Salud Comunitarios para Migrantes y Refugiados (CHWCMR) atiende a los refugiados, solicitantes de asilo* y trabajadores agrícolas en el estado de Washington. La coalición está comprometida a desmantelar los estereotipos sobre los inmigrantes latinx exaltando los relatos y las historias de las personas a quienes sirven. CHWCMR ofrece docenas de programas que apoyan a los migrantes y refugiados a medida que navegan por las complejidades de la vida en los EE. UU., incluyendo programas educativos que preparan y empoderan a los migrantes y refugiados frente al racismo y la discriminación.
En junio, CHWCMR visitó la Oficina de Sustentabilidad y Medio Ambiente (OSE) en la Torre Municipal de Seattle (SMT), en el centro de la ciudad, con 14 jóvenes participantes en el programa y sus padres, como parte de su nuevo plan de estudios sobre cambio climático y justicia ambiental, financiado por el Fondo EJ de Seattle.
El año pasado, la coalición recibió financiación del Fondo EJ para desarrollar un plan de estudios que sitúa a la juventud latinx como protagonista de la solución de la crisis climática mediante el aprendizaje práctico con líderes comunitarios. El plan de estudios pretende educar a los niños de migrantes y refugiados sobre los impactos en la vida diaria del cambio climático con una perspectiva de justicia ambiental. CHWCMR espera que sus cohortes de jóvenes sean la próxima generación de líderes de la sustentabilidad.
A principios de este año, los jóvenes participaron en un taller de monitoreo de la calidad del aire en la SMT para aprender a medir la calidad del aire, el impacto del aire en mal estado y sus causas, tales como el tráfico y el humo de los incendios forestales. Los jóvenes también recopilaron mediciones de la calidad del aire en espacios interiores de la SMT y las compararon con las mediciones en el exterior.
“Una de las cosas que llamó la atención de los jóvenes fue que parte del motivo por el que la calidad del aire en el interior era diferente a la del aire en el exterior se debía a los filtros que se instalaron en el edificio para ayudar a mitigar la propagación del COVID-19”, dijo Mary Cruz, líder laica de CHWCMR.
CHWCMR vincula a sus jóvenes con personas negras, indígenas y otras personas de color (BIPOC) líderes en justicia ambiental. En la SMT, los participantes conocieron a los miembros del equipo de Justicia Climática de la OSE y aprendieron sobre el trabajo del equipo, tales como la planificación de los centros de resiliencia, el desarrollo de la fuerza laboral y la implementación del Nuevo pacto verde.
“Queremos infundir confianza a los jóvenes latinx y a los hijos de migrantes para que aprendan y se conviertan en líderes de la justicia ambiental”, dijo la Dra. Ileana Ponce-González, fundadora y directora ejecutiva de CHWCMR. “Gracias al Fondo EJ, hemos podido hacer eso y ayudar a sus padres a aprender también”.
Uno de los motivos por los que los migrantes pueden decidir abandonar su país de origen -a menudo junto con muchos otros factores- es la constante exposición a peligros ambientales. Sin embargo, cuando llegan a EE. UU., muchos migrantes obtienen trabajo en sectores que les exponen a sustancias químicas. Los migrantes también suelen ser reubicados a lugares que carecen de espacios verdes y de acceso a alimentos saludables, donde se enfrentan a olas de calor, humo de incendios forestales, efectos perjudiciales para la salud y mucho más.
“Cuanto más sepan las personas latinx sobre los peligros ambientales que les afectan y estén informadas de las oportunidades de trabajo en este campo, más podrán marcar la diferencia”, afirmó la Dra. Ponce-González.
*Los términos “migrantes”, “refugiados” y “solicitantes de asilo” se emplean a menudo indistintamente. Sin embargo, cada término tiene un significado distintivo y repercusiones legales. “Refugiado” se refiere a una persona que se ha visto obligada a abandonar su país para huir de la guerra, la persecución o un desastre natural. Un “solicitante de asilo” es una persona que ha abandonado su país de origen debido a la persecución y está a la espera del reconocimiento legal de asilo por parte de otro país. “Migrante” no tiene una definición legal, pero representa a alguien que ha salido de su país para encontrar trabajo o mejores condiciones de vida, aunque el término se emplea a menudo para referirse a grupos que también incluyen a refugiados y solicitantes de asilo.